Anacaona

Anacaona

Anacaona, heroica Reina,
Anacaona, brilla aún tu gloria.

Hubo una mujer muy bella,
cuenta así la historia,
llamada Anacaona,
noble, valiente guerrera.

Cuando a esa Flor de Oro,
la deseó el invasor,
con amistad y amor,
quiso ella responder a esa sed
de riqueza y poder.

Tu río, tesoro y sol,
todo te fue deseado,
todo ha sido vejado,
no está más ya tu valor.

Fue Ovando y su bando,
con sus perros, fuego, caballos,
los que fueron desangrando,
a tu pueblo amado,
con tus hijos cual niños,
que solo querían amar.

Y clavaste en tu corazón la daga,
de la castidad, libertad y honor,
reina heroica hasta hoy se aclama,
tu triunfo sobre el español.

Tributo también a Caonabo,
Tu heroico esposo guerrero,
Por tu enemigo traicionado,
Grande sea vuestro recuerdo.

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Donde hubo una flor,
Clavaron un puñal,
Donde brilló el oro,
Quedó la sangre de un niño.
Arrepiéntete europeo,
De tanto crimen cometido,
De tanto loco deseo,

Llegaste a un paraíso,
Mas tu sed por el oro,
Eclipsó toda bella ,
Y solo dejaste el lodo,
De tu diabólica cultura.

Aquí oro, oro, oro, aquí lloro, lloro, lloro

Aquí oro, oro, oro, aquí lloro, lloro, lloro,
por los que lucían plumas,
besaban su tierra sagrada,
Por los que reciben bala,
los que hemos dejado pobres,
por los que aún nos llaman,
“sus hermanitos menores”.

Aquí oro, oro, oro; aquí lloro, lloro, lloro
Aquí oro, oro oro; oro al Señor del cielo,
¿Qué hizo ese inocente? ¿Por qué en ese infierno?
Ven pronto, sé clemente; es mi humilde ruego.

¿Qué han hecho estos inocentes? Solo Tú, Señor, lo sabes,
Los llevas donde Tu gente, donde aquellos que los amen.
Vive abatido el hombre, en muy horribles ciudades,
Veo caer en nosotros, el peso de esa invadida sangre.
Veo caer en nosotros, el peso de esa abusada sangre.

Cuida, cuida el nativo hermoso, cuida el río y su lago,
cuida el cerro, es sagrado, todo lo que da reposo.
Cuida, cuida el nativo hermoso, ya quitarán de sus manos,
todo lo que era nuestro, todo lo que tanto amamos.

Sé que nos recibiste con un abrazo
Sé que nos sonreíste cuando llegamos
Sé que nos dieron oro a cambio, de espejos rotos
Sé que nos pagaron por “cazarlos”. ,
Por encarcelarlos y exhibirlos en tierra europea.

Sé que trajimos morenos como esclavos,
que fueron torturados y vilmente vendidos.
Para que el hombre blanco ponga azúcar en su té,
se quedó sin alma usted, sin familia ni tierra;
hoy somos la alcurnia ya ve,
nos quedamos hasta con tus pisadas;
llevamos sangre hermana, del mismo rojo el color,
del mismo blanco el alma, que a ti te niegan,
con tus tierras y plegarias, tus sentires y bandera,
con la que invitas a que vengan los que aman.

Sé que hemos sido malos, que nos bañan mil pecados,
¿Qué hacer?, quiero ser tu hermano, devolverte ese abrazo,
que hace quinientos años, te costó, a ti, la muerte.

Mira nuestra suerte,
somos nosotros los que ahora pagamos,
sirviendo como allegados
a esas empresas que hoy invierten
en las tierras que cruelmente les robamos.
Guerra fría disfrazada, de globalización, libre comercio,
nos dejarán sin nada, los que ostentan altos puestos.

Sé que hemos sido malos, que hicimos mil pecados.
¿Qué hacer?, quiero ser tu hermano, devolverte ese abrazo,
que por ahora no darlo, perdemos la vida.