Poema a Srila Harijan Maharaj

harmA Srila Harijan Maharaj, en conmemoración al dí­a de su regreso al Divino Hogar

Mi saludo a ti, mi mí­stico hermano,
Por Srila Prabhupad, en el Infinito reunidos,
Nacimos en paí­ses lejanos,
Nos relacionaron ideales divinos…

Tú fuiste general de combatientes,
Llevando el estandarte de la victoria,
Te acongojó la humanidad sufriente,
Vestiste el azafrán de la aurora…

Donde tú ibas, iban los cantos,
Donde tú ibas, Krsna pisaba fuerte,
No te compraba el agasajo,
No le temí­as a la muerte…

Tú ibas quebrando el ego,
Tú ibas de humildad acompañado,
Tú eras el amigo verdadero,
Tú eras el regocijo de los sadhus…

Tu andar, era un ataque a maya,
Tu hablar, una bendición divina,
Tu amor, la ignorancia apartaba,
Eras mi codiciada compañí­a…

Sí­, tu amor le habló de pureza a los puros,
Tu amor llenó de ideales al valiente,
Tu amor enseñó, que no hay amor en el mundo,
Tu amor amó al Guru,
Tu amor, fue clara vertiente…

Sí­, tu amor fue un gran amor,
Sí­, tu amor fue el orgullo del bhakti,
Tu amor era sabio, sin decepción,
Tu amor no dejaba, resquebrajarse…

Yo te vi salir con tu bolso con libros,
Para que el fuego del sankirtan se mantuviera,
¡Oh, brahmana vaisnava! ¡sannyasi divino!
¡Oh, si seguir tus pasos pudiera!

Si seguir tus pasos pudiera,
Tendrí­a yo mi corazón tranquilo,
Podrí­a cumplir con Gurudeva,
Podrí­a yo ayudar en tu alivio…

¡Oh, hermano!, ayúdanos a mantener tu fuego encendido,
Ayúdanos a seguir manteniendo tu canto,
Ayúdanos a seguirte en tu triunfal camino,
Ayúdanos tú, ¡que ayudaste tanto…!

¿Podí­a aparecer maya en tu cercaní­a?
¿Podí­a el dolor amargar a los hombres?
¿Hay debilidad que permití­as?
¿Se podí­a contigo, olvidar el Nombre?

¡Ah, los devas codiciaron tu danda!
Cuando llevaste tu prédica de aquí­ a allí­,
Con Gurudev Paramadveti conquistaban,
Postraron sus cabezas, en Navadvip…

Persiguieron el zig zag de Krsna,
Oculto en los senderos de Vrndavan,
Llegaste hasta Su esencia misma,
Y humilde y generoso, la regalabas…

¡Oh, sannyasi! ¡oh, Guru! ¡oh, hermano!
Te llevó El Ladrón a ti, el más deseado,
Nos dejaste unas sonrisas y pensares,
¡Nos quedó tu presencia en los altares…!

Hoy es tu dí­a de todos los dí­as,
Y bendición será vivir en tu recuerdo,
Bendición si puedo yo encontrar tu vida,
Y servir contigo cuando muero…

Su Divina Gracia Srila Bhakti Bhimal Harijan Swami Maharaj ki jay,
A tus pies se postra en este dí­a, éste, tu pobre hermano,
dasanudas,

Atulananda das
Gracias por este honor.

Poema a los pies de loto de Prabhu Nityananda

nitia2¡Oh Nityananda Ram! acepta este poema

Dedicado a la gloria de Tus pies de loto
Para que mediante él los vaisnavas puedan
Recordarlos felices, guardarlos absortos.

Entre sus veinte marcas luce la caracola
Cuya agua el fuego ardiente de este mundo apaga
Aleja los temores cuando vibra sonora
Y reduce a su seno la existencia mundana.

El pez indica que como precisa del agua
Precisa el devoto Tus pies, ¡Oh Nityananda!
Que inquieto como él es aquél que no amparas
Que el corazón seco evita, y en prema lí­quido nada.

La flameante bandera los temores aleja
Y el triunfo de la devoción proclama
El loto la codicia en los devotos aumenta
Y se nutre del agua de sus lágrimas.

Se abre esplendoroso ante el sol del amor
Y ante la oscura ignorancia se cierra
Acoge a Laksmi y su ambrosí­a superior
Más allá de jñana y vairagya lleva.

El arco mantiene a distancia toda ansiedad
Y amenazante apunta a los materialistas
A quien sus flechas refugia no se va más
Y prueba el prema extático quien Tus pies fija.

El aguijón que al elefante guí­a indica
Que conduce a la mente por el camino correcto
Que quien se ampara en Tus pies se beneficia
Como el que por montar elefante va más lejos.

El sí­mbolo del altar los pecados quema
Y así­ como los brahmanas el universo nutren
Aquellos que a Tus pies sus mentes ofrendan
Bendicen la creación aliviando a los que sufren.

La semiluna indica que concedes los deseos
Que con Tus pies decora su cabeza Siva
Que son el deva de la mente de Tus siervos
Que el néctar que llueven todo mal aniquila.

Y así­ como la única luna a muchos ilumina
Así­ Tú Señor, siendo uno, a todos liberas
La semiluna además, se esconde allí­ tí­mida
De esas diez uñas de Tus pies, cual lunas llenas.

El dorado pote con ambrosiaco néctar
Que es libremente bebido por las almas rendidas
Muestra, siempre lleno, que las miserias aleja
Que distribuye incansable auspiciosidad divina.

El disco corta el pecado y a los seis enemigos:
Ilusión, codicia, confusión, envidia, ira, deseos
El cielo muestra Su omnipresencia, que son testigo,
Y que a pesar de estar en todo, no tienen apego.

La sombrilla de la lluvia de deseos cobija
Y vuelve un maharaj a quien bajo ella se guarnece
La huella de ternero de Tus pies simboliza
Que a ella reduce el samsara quien quiere complacerte.

El rayo porque destruyen las montañas del karma
Y porque quien los adora se vuelve como un Indra
La pomarrosa, que indica a Jambudvipa, señala:
Que deben aquí­ volverse Tus pies, nuestra alma y vida.

El mazo porque vencen al elefante de kama
Y porque libran a nuestros padres y antepasados
El tridente porque la triple miseria acaban
Y porque sólo ellos tienen sakti para dar amparo.

La flor el perfume de Su fama distribuye
Representa su suavidad y anuncia el fruto
De ese amor puro que en el éxtasis imbuye
A aquellos que a Tus pies toman propio refugio.

La enredadera abraza todo lo que asciende
Por ello el inteligente a Tus pies se aferra
El arado prepara para que se siembre
Atracción a Krsna, y que eres Bala recuerda.

¡Oh Nityananda Prabhu! Da atracción a Tus pies de loto
Y por Tu gracia destruye todo interés mundano
Fuera de Tu sombra otro refugio no conozco
¡Purifí­canos y permí­tenos servir bajo Tu amparo!

Pido perdón

indiLlegaron en barcos largos,
Con sus perros, cañones, caballos
Unos hombres enlatados,
Que nos negaron el cielo
diciendo que el ruego
de nuestros abuelos
nunca era escuchado…
Que nos negaron el cielo
diciendo que el Supremo
sólo estaba de su lado.

Unos señores llamados teólogos
Que buscan la verdad con los arqueólogos
Discurrí­an entre sí­:
Si podrí­a el negro, el moreno,
Sin ser blancos tener de bueno,
Un alma y un sentir
Al igual que el de la orgí­a y el fusil.

Adoraron nuestro oro, mujeres y territorio,
Mutilaron nuestros niños, y secaron el maí­z.

A fuerza de cruz y espada, querí­an salvar el alma
En otra santa cruzada, de desgracia y terror.

Mas hoy, ¡pido perdón!
Ante esta vergüenza tan anciana
Se compunge de dolor mi alma
Por su sangre de español
Y dejando la tierra invadida
Voy tras esas manos curtidas
Que con hilos de color
Tejen su historia antigua
Donde reservan la vida
Para un tiempo mejor…

Oda al sol I

suryaTe amo, te saludo, te reverencio,
Pequeño haz, manso reflejo del resplandor de Mi Señor
Nutridor de mi fe, alma desnuda,
Hacedor de Arco Iris, elixir de cada flor.

Me encanta tu cielo azul,
Cuando desbaratando nubes invades el grisáceo dí­a con gran vigor.

Eres la alegrí­a de los niños, la esperanza del anciano,
El señuelo de mis gayatris,
El pincel de la creación.

En tu ausencia, padre, sin envidia alguna, nos dejas a madre luna,
que afectuosa arrulla el sueño de los ángeles dormidos,
La acompañan mil estrellas, tus hijas, luminosos hitos,
de la grandeza de tu espacio.
De esta semilla de mostaza que en servicio carga Ananta,
en una de sus mil coronadas cabezas.

Antes de tu amanecer se llena el cielo de silencio,
En la conquistadora paz de la noche, suena la caracola y humea el incienso,
La oración de los santos repasada en las cuentas de Tulsi,
¡Hasta que llegas tíº, junto con el trinar de los pájaros!

El gran Brahma, el guru original, te canta en su samhita,
Elocuente glorifica tu humilde e instructiva sumisión.

Bharata, retirado a la selva, te oró en cada amanecida,
¡Cómo ignorarte a ti, poderoso deva, luz del cosmos, padre sustentador?
Le robas al malévolo sus dí­as de vida,
Mientras que al bueno le acercas más a Dios.

Te elogio, te alabo, te saludo,
Con manos juntas, con genuflexión, con orgullo,
Por tu maravillosa existencia
Al brahmacari abstinente le recibes triunfal
Y alumbras la senda de esos yogis resueltos,
Que infatigables se adiestran para la más alta Verdad.

Mi hermano consciente te saluda,
Los Gandharvas, Kinnaras, Kimpurusas, las almas de gran elevación;
Te saludan las aves, las flores te saludan,
La noche dejó el rocí­o para ofrendarte su frescor.

Los sabios te saludan, creo que también la tortuga y el caracol:
«Buenos dí­as amado Surya, buenos dí­as señor sol»
Afortunados los niños que tu cara miran
Y en sus dibujos repiten tu alentador sonreí­r,
Amado dios de quien lo divino cultiva:
A cada paso tuyo, ¡haznos cantar el nombre de tu Señor!