Canto a los poseedores de la Verdad

Canto a los poseedores de la Verdad

Encontré que quienes poseían la Verdad tenían sus caras pintadas
Con sus pies desnudos veneraban la tierra
Andaban amando, andaban cantando
Tocaban quenas, tambores y flautas
Y danzaban
No tenían fama, no tenían dinero
No buscaban poder, no tenían engaño
No lloraban, no se lamentaban
No estaban insatisfechos
Tenían sus tradiciones, respetaban sus abuelos
Tenían sus cantos y sus danzas sagradas
Tenían sus altares eternos
No creían, no dudaban, no temían,
Sabían la Verdad
La veían a cada paso
Con ella despertaban y cobijaban sus sueños
Con ella trabajaban y a ella se ofrecían
La respiraban, la sentían, los cobijaba,
Los regía
Cuando encontré a los poseedores de la Verdad
Vi que la transmitían con amor
Que se entregaban a la pureza
Vi que amaban y que servían
Vi que adoraban
Que consagraban siempre sus vidas
Los vi austeros, los vi fuertes, los vi renunciados y puros
Los vi amigos de todos
Respetando todo, amando todo
Y que no eran altivos
Vi que eran generosos, amplios, comprensivos
Eran hospitalarios,
De brazos abiertos, de puertas abiertas,
De corazones solidarios
Vi que eran pocos, que eran reducidos,
Que eran ridiculizados y perseguidos
Pero los vi perseverantes y valientes
Marchando con sus convicciones de fuego
Los vi enfrentando injusticias
Pisoteados por un poder ciego
Cuando los encontré, dejó la Verdad de ser utopía
Cuando los encontré, vi mis anhelos cumplidos
Cuando los encontré, le di el sí a mi rebeldía
Cuando los encontré, encontré la razón de mi vida
Encontré los paraísos,
Encontré los ideales de quienes no están dormidos
Cuando los encontré,  encontré a los Budas y a los Cristos
Encontré a las Teresas, encontré a Francisco
¡Ah! Encontré a los chamanes santos que esperan amando
¡Encontré a mis vaisnavas queridos!
Encontré a estos sabios por aquí y por allí esparcidos
Atendiendo negocios
Cargando escobas
Cocinando, criando a sus niños
Hastiados del mundo
Ansiando seguir a los que se vencieron a sí mismos
Vi que esta sabiduría puede brotar como vertiente del corazón de los hombres
No la vi lejana
La vi cercana, la vi íntima,
La vi amiga
Ahí está la Verdad, está presente, está viva
Es amada, es servida
Está ayudando, dando respuestas,
Está fortaleciendo al hombre herido
Vi que la cuidaban con gran celo
Vi que querían eliminarla o cubrirla
La vi incomprendida por el ignorante
La vi esencial para el que sabía
Ahí está la Verdad todavía
Preservada por ignorados héroes
Te tiende sus brazos para formarte
A su guerra te invita
¡Para que renazcas deslumbrante de su fuego!

 

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